El proyecto del primer trimestre ha consistido en la construcción de COCHES AEROPROPULSADOS. Tras la visualización de un par de videos, confeccionamos el listado de materiales y herramientas necesarios, así como la descripción de los pasos a seguir. Todo parecía sencillo: una botella de plástico como cuerpo del coche, brochetas y cañitas hacían de ejes, tapones de ruedas, la boca de otra botella de ventilador accionado a través de un sencillo circuito eléctrico formado por una pila, un motor y un interruptor.
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Conforme transcurrían las sesiones cierto clima de frustración iba impregnando el taller: ejes demasiado elevados que hacían que las ruedas no tocasen el suelo, los ventiladores alternativos del ordenador no proporcionaban el suficiente aire, las aspas de las hélices tocaban el suelo, el motor no giraba suficientemente rápido, la pila de 4,5 V pesaba demasiado…el profesor no ha dado las suficientes pautas.
Poco a poco, mediante constancia, preguntando, contrastando información con otros compañeros: se fueron sustituyendo las pilas por otras de 9 V, se levantaron las hélices mediante pedacitos de corcho, se recortaron las aspas, se rehicieron los agujeros de los ejes…los que persistieron consiguieron hacer funcionar el coche, otros necesitaron días un poco ventosos, otros usar rampas o suelos ligeramente inclinados.
Y es que los frutos llegan, pero al árbol hay que regarlo, abonarlo y podarlo. Vosotros sois el árbol, el fruto y el agricultor.
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