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Ideario de Colegio Diocesano Oratorio Festivo de Novelda

IDEARIO DEL COLEGIO

EL POR QUÉ DEL COLEGIO DIOCESANO “ORATORIO FESTIVO” DE NOVELDA

Resulta siempre interesante preguntarse por el comienzo o el origen de las cosas. ¿Cómo nació y para qué nació la idea de crear nuestro “Oratorio Festivo”? En las raíces de nuestro Colegio, hallamos seguramente la inquietud de un párroco que ayudado por un grupo de personas de la parroquia de San Pedro quiso dotar a los niños de Novelda de una escuela donde ofrecer una educación humana y cristiana, siempre necesaria e imprescindible para el crecimiento de la persona. De forma que el carisma fundacional de nuestro  Centro es ayudar a las familias en la educación humana y cristiana de los niños, como un servicio de la parroquia en el anuncio de la Buena Noticia del Evangelio.

No podemos, pues, en la actualidad apartarnos de la intuición fundamental y fundacional que da origen a nuestra escuela. Es de aquí de donde queremos sacar algunas pautas o puntos de referencia que permiten hacer de nuestro Colegio un organismo vivo capaz de seguir dando una respuesta dinámica y actual a la propuesta del Espíritu. Llamamos en consecuencia a toda la comunidad educativa del Oratorio Festivo: padres, profesores y alumnos a ser fieles a la inspiración original de nuestro Colegio.

EL “CARÁCTER PROPIO” DEL ORATORIO FESTIVO

  • La Iglesia, punto de referencia esencial.

Como se ve, la referencia eclesial de nuestro Colegio le da su identidad original y propia. Como Escuela católica Diocesana que es, tiene su razón de ser en el ejercicio del derecho y deber de la Iglesia a la Educación, participando de la misión que el Obispo transmite a la Comunidad Diocesana. La educación que se imparte en nuestro Centro es netamente católica porque se considera una tarea de la Iglesia en el esfuerzo por unir evangelio y vida, cultura y fe. Esto exige en toda la tarea educativa del Colegio una más explícita y clara referencia al Evangelio de Jesucristo.

  • Cómo entendemos a la persona que queremos educar.

En nuestro proyecto educativo subyace un concepto de persona que entendemos como integral, donde lo espiritual es tan importante como lo físico y corporal. El hombre es la unión de dos dimensiones: espíritu y cuerpo. Mejor dicho, espíritu corpóreo. Partimos, pues, de la base de que el hombre tiene una dimensión espiritual y mística que necesita desarrollarse y cultivarse, junto con la dimensión corpórea y física. El hombre que queremos educar lo concebimos, por consiguiente, como ser intelectual, afectivo, social y abierto a la trascendencia.

  • Áreas formativas al servicio del proyecto educativo.

Todas las Áreas formativas contribuyen a la formación integral del alumno, pero destacamos de gran interés el área de religión a través de la cual el Evangelio va iluminando toda la vida del alumno, configurando su personalidad, respondiendo a las preguntas de sentido que la misma vida la va planteando. Tanto el pensar, el hacer y el ser del alumno se ha de conformar con el proyecto de persona que emana del Evangelio de Jesucristo. También las áreas del lenguaje, como las áreas sociales, proporcionan al alumno unas herramientas imprescindibles para desenvolverse en el mundo social y cultural en el que vivimos. Consideramos también de gran valor la intervención de interdisciplinariedad para que no se dé una educación fragmentaria o dispersa, y para esta tarea interdisciplinar el área de religión tiene un gran papel que desempeñar porque impregna evangélicamente todo el saber del alumno.

  • Los esquemas pedagógicos y metodológicos del trabajo educativo.

Nuestro trabajo educativo se desarrolla dentro de un esquema pedagógico de la significatividad y el constructivismo. Concedemos gran importancia que el alumno llegue a descubrir la significatividad y utilidad de lo que aprende. Enseñarle a pensar, a actuar y a ser desde el significado real de lo que aprende, es la finalidad de nuestra tarea educativa.

  • Consecuencias organizativas de nuestro Ideario.

El Carácter Propio de nuestro Centro tiene unas consecuencias organizativas. Hemos de establecer en todo momento una gran sintonía con el Secretariado de Enseñanza de la Diócesis y la Dirección General de Colegios Diocesanos, acatando todas las directrices que emanan de la Delegación de Educación de la fe. El trabajo en equipo es una prioridad, tanto en la Dirección, como en la docencia y en el trabajo con los padres. El trabajo y seguimiento tutorial ha de ser un modo privilegiado de concretar en la vida de cada alumno, en el día a día, todo el ideario y la intención educativa de nuestro Colegio, que no es otro que acompañar el crecimiento humano y cristiano del alumno. De aquí la importancia grande que posee para nosotros las acciones de orientación personal y vocacional.

  • Presencia pastoral de nuestro Colegio en su entorno.

              Por último, señalamos la importancia que posee una presencia pastoral cualificada de nuestra escuela en su entorno. Más allá de las aulas, lo que se aprende es para la vida, y es en la vida donde se ha manifestar la persona cristiana que estamos educando. Nuestra educación ha de tener una repercusión pastoral y social en la vida de nuestro pueblo.